En el mundo vertiginoso de la industria alimentaria, donde cada grano de arroz y cada gota de leche cuenta, la ciberseguridad se ha convertido en un ingrediente esencial que no podemos darnos el lujo de ignorar. A medida que nuestra dependencia de la tecnología crece, también lo hace el menú de riesgos cibernéticos que debemos gestionar
Aunque pueda parecer que un incidente de ciberseguridad en una industria alimentaria no es demasiado grave, si se prolonga en el tiempo, puede llevar incluso al desabastecimiento de la distribución. Es por esto que la nueva normativa NIS2 incluye al sector de la alimentación dentro de los operadores esenciales y críticos.
El apetito creciente por la tecnología
Aunque históricamente la industria alimentaria ha sido siempre de métodos más tradicionales y manuales no es ningún secreto que la tecnología ha transformado y sigue transformando la industria alimentaria, al constante ritmo de la transformación digital. Desde la gestión de la cadena de suministro hasta los sistemas de punto de venta, pasando por los procesos de producción automatizados, la sensorización de toda la cadena de producción, la eficiencia energética, etc. dependemos de la tecnología para casi todo. Sin embargo, esta dependencia también nos hace vulnerables. Tomemos, por ejemplo, el ataque de ransomware a JBS SA, uno de los mayores procesadores de carne del mundo, en mayo de 2021. Este incidente no solo resultó en el cierre temporal de las operaciones en EE. UU. y Canadá, sino que también puso de relieve la importancia crítica de la ciberseguridad en nuestra industria.
Ingredientes clave para una ciberseguridad robusta
Receta para el cumplimiento regulatorio
La base de cualquier estrategia de ciberseguridad en la industria alimentaria debe ser el cumplimiento de las normativas. Esto significa adherirse a leyes y estándares tanto de Calidad y Seguridad Alimentaria, como el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) y más recientemente en Europa la NIS2. Estos marcos no solo nos mantienen en línea con las expectativas legales, sino que también proporcionan pautas valiosas para la protección de nuestros sistemas y datos. La nueva directiva europea NIS2, incluye a todo el sector alimentario, desde la producción a la distribución, dentro de los operadores esenciales, obligando al análisis y cumplimiento de gran variedad de puntos de ciberseguridad que antes solo se exigían a industrias como las eléctricas o las comunicaciones.
Gestión de riesgos a la carta
Identificar y evaluar los riesgos es como revisar un menú antes de ordenar; debemos saber lo que nos podría hacer daño. Esto implica realizar evaluaciones de riesgos regulares y adaptar nuestras estrategias de seguridad para las enfrentar amenazas emergentes de la transformación digital. Por ejemplo, el aumento de los ataques a la cadena de suministro requiere que trabajemos estrechamente con nuestros proveedores para asegurar que sus prácticas de seguridad estén a la altura de nuestras expectativas. Este es uno de los puntos a los que menos atención se le dedicó en el sector tradicionalmente, en el que las nuevas normativas ponen mucho énfasis, y que puede ser un problema en la industria alimentaria, ya que muchos de los proveedores son pequeños autónomos, industria local, etc, que no suelen poner el foco en la ciberseguridad.
Una dieta equilibrada de tecnología y formación
La tecnología por sí sola no puede protegernos de todos los peligros. La formación y concienciación en seguridad de nuestros empleados, incluidos los industriales, son igualmente importantes. Deben saber cómo identificar y responder a posibles amenazas, como los intentos de phishing. Un enfoque proactivo en la formación puede ser la diferencia entre un incidente de seguridad y una operación segura. En nuestro caso, la formación tiene que ser a muy diferentes tipos de usuarios, tanto usuarios típicos de oficina e IT, como usuarios OT, que hasta no hace mucho no se habían preocupado por la ciberseguridad en su día a día. Además, también hay que formar a operarios y granjeros, ya que hoy en día todo está sensorizado y conectado.
Planificación de menús para la resiliencia
Ninguna estrategia de ciberseguridad, en la transformación digital, está completa sin un sólido plan de continuidad del negocio y recuperación ante desastres. Esto es como tener un plan de respaldo para una cena importante; si algo sale mal, necesitas saber cómo vas a seguir adelante. La realización de simulacros de recuperación ante desastres nos ayuda a prepararnos para el peor de los casos, asegurando que podamos restaurar nuestras operaciones críticas rápidamente.
Ejemplos reales. Lecciones aprendidas
El ataque a JBS
El ataque a JBS SA subraya la importancia tanto de tener una política de seguridad actualizada para todo el grupo empresarial, como de tener planes de respuesta ante incidentes y recuperación ante desastres. Aún con las medidas que la empresa tenía, recopilaciones de datos en diferentes países como Brasil y Australia, mezclados con un ataque dirigido, hicieron que la empresa tuviera que parar plantas en EEUU y Canadá, así como pagar un rescate para poder reactivarse en un tiempo prudencial.
Adulteración de alimentos mediante ciberataques
Un escenario potencialmente aterrador es el uso de ciberataques para adulterar alimentos, manipulando la producción o los procesos de distribución. Aunque aún no hemos visto ataques a gran escala de este tipo, sí que existen casos en los que un ataque a una infraestructura OT alimentaria adulteró las presentaciones de los productos, provocando pérdidas de lotes de producción considerables. Esto, simplemente unido a la posibilidad de que ocurra, subraya la importancia de asegurar no solo nuestros datos sino también nuestra tecnología operativa.
Para llevar
La ciberseguridad en la industria alimentaria va más allá de proteger la información; se trata de garantizar la integridad, la seguridad y la sostenibilidad de nuestras cadenas de suministro alimentario. Con la adopción de tecnologías como blockchain para la trazabilidad de alimentos y la IA para la detección de anomalías, debemos ser proactivos en nuestra defensa contra las amenazas cibernéticas.
Mantenerse actualizado, fomentar una cultura de seguridad y trabajar en colaboración son esenciales para proteger nuestra industria. En el panorama cibernético, cada uno de nosotros juega un papel crucial, trabajando juntos para salvaguardar no solo nuestra información y operaciones sino también el bienestar de los consumidores y la reputación de la industria alimentaria europea.
En resumen, la receta para enfrentar los desafíos de la ciberseguridad en la industria alimentaria requiere una mezcla equilibrada de tecnología avanzada, cumplimiento regulatorio, educación continua y colaboración. Con estos componentes, podemos navegar con éxito por el complejo entorno actual, asegurando que nuestros alimentos y, lo más importante, nuestros futuros, permanezcan seguros y prósperos.